El crecimiento del oídio está íntimamente ligado a ciertas condiciones ambientales que favorecen su desarrollo y propagación. Conocer estas variables es esencial para gestionar el hongo y proteger los cultivos.
Ciclo de vida y propagación del oídio
El ciclo anual del oídio comienza en primavera, cuando las condiciones climáticas son propicias. Durante esta fase, el hongo se activa tras invernar en las yemas y sarmientos. Una vez que la planta comienza a brotar, el hongo se reproduce asexualmente
Fase asexuada del hongo
La reproducción asexual del oídio se lleva a cabo mediante la formación de conidias, que son esporas microscópicas. Estas conidias son transportadas por el viento, lo que facilita su diseminación a otras partes verdes de la planta. La producción de estas esporas puede ocurrir a lo largo de toda la temporada, si las condiciones continúan siendo favorables.
Condiciones ambientales y desarrollo del oídio
El crecimiento del oídio no solo depende de su ciclo de vida, sino también de factores climáticos específicos. Las temperaturas y la humedad relativa desempeñan un papel crítico en su desarrollo.
Temperaturas favorables para el oídio
El hongo comienza a desarrollarse a partir de los 15 ºC, siendo el rango óptimo entre 25 ºC y 28 ºC. Temperaturas superiores a 35 ºC pueden frenar su crecimiento, mientras que por encima de 40 ºC, el hongo muere, lo que limita su propagación en climas excesivamente cálidos.
Humedad relativa y su impacto
La humedad es un factor crucial para la germinación de las conidias. Los niveles de humedad relativa por encima del 40% son ideales para su desarrollo. A diferencia de otras enfermedades fúngicas, el oídio no prospera con lluvias abundantes, ya que la saturación del suelo y las hojas puede limitar su proliferación.
Cómo las lluvias abundantes frenan su desarrollo
Las lluvias intensas pueden ser perjudiciales para el oídio. La saturación de agua en el entorno disminuye la humedad relativa necesaria para la germinación de las esporas, lo que limita su capacidad de infectar las plantas. Un exceso de agua también puede facilitar el desarrollo de otras enfermedades que compiten con el oídio, haciendo que su control sea un desafío aún mayor.