Huellas de Jabalí
La huella de jabalí, forma parte de los rastros, o “Hechios” que deja el jabalí, y nos sirve para identificar sin duda alguna el animal que está causando daños a nuestro huerto, jardín, o cultivo. Es fácil de distinguir de otros animales, ya que consta de una parte delantera que es la marca que dejan las pezuñas, y una parte trasera que dejan los “garrones o guardas”. A los jabalís jóvenes no se les marca la “guarda” Mientras mayor es el animal, mayor será el tamaño de la pisada y de la guarda.
Podemos distinguir si el animal está tranquilo, o si va corriendo por la separación entre las dos pezuñas (si corre, se separan la pezuñas), e incluso los expertos pueden llegar a distinguir si es macho o hembra.
Es importante pararse a pensar que en terreno blando o barro, la huella siempre se marcará más que en seco y parecerá mayor, pero no por ello será más grande el animal.
Las otras huellas o “hechios” del jabalí son también muy fáciles de identificar, desde los excrementos característicos, a los rascaderos en troncos de arboles en los que los machos adultos dejan los navajazos de sus colmillos para marcar su terreno y advertir a contrincantes, y por supuesto las ozaduras en el terreno.
Tipos de Jabalí
Según distintos estudios, en el mundo existen entre 4 y más de 25 sub-especies de jabalí, además de cantidad de hibridaciones y cruces entre ellas y las distintas especies de cerdos domésticos.
En España tenemos realmente 2 subespecies distintas:
- Sus Scrofa Castilianus (mayor tamaño, pelaje más denso y claro.
- Sus Scrofa Baeticus (menor tamaño, color más oscuro).
A partir de estas dos, también existen cantidad de cerdos asilvestrados o cimarrones procedentes en muchos casos de cruces entre jabalí y diversas especies domesticas de cerdos, desde Ibéricos, a Vietnamitas, Yorkshire, Large White, Duroc, etc… con pelajes de todo tipo, hasta los llamados “Lola Flores” de pelo blanquecino con lunares oscuros frecuentes en la sierra de Cadiz y entorno del Parque Nacional de Doñana.
Que come el jabalí
Su alimentación es onmivora, y aunque siente predilección por los vegetales, hierba, raíces, bulbos, tubérculos, trufas, bellotas, también se alimenta de insectos, huevos de pájaros, pequeños vertebrados e invertebrados, e incluso carroña. Es por ello un animal con una gran capacidad de adaptación al medio, y puede colonizar casi cualquier zona del planeta, incluidos entornos de ciudades, aunque tiene predilección por zonas boscosas, matorrales, y otras donde pueda encontrar refugio durante sus horas de descanso, y mejor si encuentran comida cerca.
Cuentan con un gran olfato que les sirve para detectar la comida desde distancias mayores a 100 m, y sus hábitos son principalmente nocturnos.
El jabalí utiliza su largo y fuerte hocico para escarbar en el suelo en busca de comida, dejando unos rastros característicos que se conocen como “ozaduras”, especialmente en terrenos blandos o poco compactados, y más fáciles de ver después de las lluvias cuando los suelos se reblandecen, y puede levantar con el piedras y troncos de peso incluso superior al suyo.
Al “ozar” o escarbar en busca de comida, causan deterioros adicionales al suelo y a las plantas cercanas. En el caso de los cultivos, come casi de todo, desde cereales: trigo, cebada, triticales, etc… teniendo predilección por los trigos blandos sin raspa y por el maíz, a todo tipo de tubérculos y hortalizas, comiendo tanto parte aérea, como tallos y bulbos subterráneos (zanahorias, patatas, tomates, nabos, pimientos, pepinos, melones, sandias, calabazas, frutas de todo tipo, etc, etc…).
Daños producidos por el jabalí
El jabalí (Sus Scrofa) es un mamífero suido de tamaño mediano, originario de África y extendido por todo el planeta, antepasado de los cerdos actuales. Mide entre 90 cm y 170 cm de longitud, y su peso adulto puede oscilar entre poco más de 40 kg hasta más de 200 kg de los jabalís turcos y de norte Europa.
Desde finales del siglo XX, en muchas zonas de España el jabalí se está multiplicando por encima de los umbrales que se consideran aceptables, hasta el punto de que se está convirtiendo en un gran problema, tanto por los daños directos a las cosechas, accidentes de circulación, e incluso riesgo de transmisión de enfermedades a los cerdos de las granjas porcinas (peste porcina, tuberculosis) ,por lo que diversas comunidades autónomos han puesto en marcha sistemas de emergencia de control de poblaciones de jabalí, mediante planes de capturas, autorizaciones de caza nocturna y excepcionales fuera de la temporada habitual.
Como ahuyentar el jabalí
Desde muy antiguo, el hombre agricultor ha tenido una lucha constante con el jabalí, en defensa de sus cosechas, y para ello ha ideado distintos tipos de ingenios con mayor o menor fortuna, ya que el jabalí es muy astuto y en muchas ocasiones aprende como sortear los problemas especialmente si tiene hambre:
Disuasores como rodear las parcelas de cultivo con pelos humanos, colonia, bolas de naftalina, o amoniaco, pueden llegar a dar un cierto resultado durante unos días, pues el jabalí desconfía de los nuevos olores, pero pasados unos días es bastante probable que estos remedios dejen de funcionar.
Amarrar perros en las lindes de las parcelas puede servir, pero también se ha dado el caso de perros mal heridos por jabalís adultos al no poder huir.
Existen aparatos de sonidos o ultrasonidos electrónicos (disparos, sonido de jabalí herido, ultrasonidos) que pueden dar un resultado aceptable al principio, pero luego se acostumbran.
Colocar vallados enterrados, con faldón, o bien clavados-apuntalados al suelo dan buenos resultados, pero si el terreno a proteger es grande, tendrá un coste considerable y además hay que repasarlo de vez en cuando para asegurarnos que nuestro jabalí no ha conseguido hacer un boquete…
Por supuesto, las partidas de caza en mano, batidas, monterías, y aguardos con el objetivo de darles caza, reducen y controlan sus poblaciones, e incluso los que consiguen escapar (que son como media más de la mitad de los que había en una zona de caza), se van con un buen susto que hará que tarden en volver al menos unas semanas.
Repelente de Jabalí
Pero aunque el jabalí es astuto, los humanos somos (la mayoría) bastante más inteligentes, y ante el problema creciente que representan los jabalíes para los cultivos, huertos, parques, para la seguridad vial de las carreteras, y para las explotaciones porcinas, hemos desarrollado una serie de soluciones y repelentes de jabalí profesionales, que consiguen unos buenos resultados, entre ellos recomendamos los siguientes:
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